Thursday, April 09, 2009

Más del metro

Al final, el metro va a conseguir que escriba en este blog. El caso es que tras tres días de uso intensivo por mi parte, ya tengo información suficiente para valorarlo, al menos, en la situación actual.
Dejando a un lado el hecho de que no esté completa la línea 1 (faltan tres paradas) y que faltan las otras tres líneas, así como el hecho de que el Metrocentro tuviera su recorrido bastante reducido por la Semana Santa, estas son mis valoraciones.
- Hay que mejorar la frecuencia de paso. Es importantísimo para un suburbano que éste tenga una periodicidad de paso alta ya que la rapidez es la base del éxito de este medio de transporte. En la mayoría de las ocasiones que lo he utilizado, el tiempo de espera no ha sido demasiado alto, si bien, el Lunes Santo por la mañana, en lo que se supone que es hora punta, tardó 16 minutos en pasar por la Pablo de Olavide y ese mismo día a las 3 tardó 10 minutos en pasar por el Prado. Ambos registros, sin averías que lo justifiquen, debe mejorar.
- Los trenes son muy lentos en algunos momentos del recorrido (desde La Plata a Condequinto) y además se suelen parar con asiduidad y llevarse casi 5 minutos (en algunos casos más) parados en una estación. No entiendo el motivo porque eso no lo he vivido en ninguno de los metros de las grandes ciudades en las que he estado (Madrid, Barcelona, Roma y París). Estas paradas, además de desesperar, aumentan el tiempo de recorrido, lo cual es de vital importancia cuando vas al trabajo).
- Los vagones son pequeños e incómodos. Es el metro más pequeño que he visto hasta ahora y por tanto, en situaciones como Semana Santa y Feria se formarán colapsos. Además, no parece que tenga mucha solución, pues ésta sería unir dos unidades (formadas por dos máquinas, dos vagones y la unidad centra), pero entonces la frecuencia de paso sería menor. Sería necesario la adquisición de nuevas unidades y parece que de momento no están por la labor.
Además, los vagones, diseñados en su interior por Vitorio y Luquino son muy incómodos. Para empezar, con los tres asientos en curva de cada vagón se pierde un asiento como mínimo y provoca que las piernas de las personas que están sentadas estén en el pasillo, quedando menos espacio para la gente que va de pie. Por otro lado, hay pocas barras donde agarrarse, lo que supone que la gente se tenga que agolpar en las zonas donde sí hay.
- Los andenes de algunas estaciones son muy estrechos y la mayoría no tienen asientos para la espera (que algunas veces es muy larga).
- No hay servicios (baños) en las estaciones.
Bueno, éstas son de momento mis quejas, que de alguna forma, son el sentir de la mayoría de la gente con la que he coincidido en los vagones.
Espero que con el tiempo se vayan limando y consigamos el metro que todos queremos.

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