Tuesday, September 28, 2010

La Sangre de los Inocentes

Voy a retomar mi intención de comentar los libros que voy leyéndome.
Durante el verano, tuve que comprar este libro en el aeropuerto, por una historia que no merece la pena.
El caso es que me ha gustado mucho. No conocía a esta escritora justo antes de comprarlo, pero luego he visto que sí conocía de oídas algunos títulos de ella.
En concreto éste, habla de algunos temas que me apasionan, como son el terrorismo, el mundo islámico, el nazismo, etc. Y digo que me apasionan, y lo aclaro, porque no quiero malos entendidos, que lo que me apasiona es el conocimiento sobre el por qué de estas cosas, no ellas en sí, las cuales aborresco en su mayoría.
El libro se desarrolla en tres momentos históricos distintos. Primero en el asedio a Montségur en el Siglo XIII. Después en 1939 con la segunda guerra mundial y por último en la actualidad.
Relaciona perfectamente las épocas a través de una crónica del asedio escrita por un fraile.
Gracias al libro, se sacan a la luz historias dramáticas que les tocaron vivir a los judios en la época de esplendor nazi y se muestra también con bastante claridad cuál es la situación de muchos islamistas en la actualidad.
Gracias a esa crónica escrita, en la Francia Nazi, un conde obsesionado con devolver a los cátaros su indepencia, pide ayuda a un historiador casado con una judia que vive una tragedia en Alemania.
Por último, en la actualidad, el descendiente del conde anterior, une sus esfuerzos con fanáticos ilsamistas para golpear a la iglesia católica y vengar la sangre de los inocentes.
El libro, aún así, puede ser un peligro en manos de determinadas personas, pues en mi caso, que para nada me considero xenófogo o racista, consiguió despertarme determinados sentimientos antiislamistas que desconocía.
Lo peor del libro, como siempre, el final, que me dejó la sensación de estar acabado apresuradamente y con menor calidad que el resto del libro.
Por supuesto, lo recomiendo.

La intolerancia de los demócratas

No hay nada peor que un intolerante disfrazado de demócrata.
Entiendo, que un sindicalista tiene que ser, sobre todo, demócrata. La democracia es la que nos permite a cada uno de nosotros ejercer nuestros derechos.
El derecho de hacer huelga es uno de los principales. Pero, justo al lado del derecho a la huelga está el derecho a no hacer huelga. Y éste, es tan básico como el anterior.
Los motivos para hacer huelga pueden ser muchos y variados, como también lo contrario.
No entiendo por qué entonces, el huelguista puede desarrollarlo con total libertad (con el precio establecido legalmente), y el no huelguista no puede.
Y no puede por la existencia de los piquites "informativos" y lo pongo entre comillas porque su labor es la de informar a los que no hacen huelga para intentar convencerlos, pero realmente es el disfraz de intolerante que utilizan para amedrantar y obligar a los que no piensan igual.
No hay que irse muy lejos, basta con mirar las noticias y veremos la quema de neumáticos, la rotura de lunas de autocares, etc. ¿Esto es democracia?. Así, NO.