Monday, December 31, 2007

De La Alameda al Charco la Pava

Los domingos en la Alemeda de Hércules forman parte de mi juventud. Mis primeras salidas con los amigos, no fueron de botellón como las de cualquier quinceañero de hoy en día. En mi época, hace unos 20 años, empezábamos yendo al cine los sábados por la tarde y yendo al mercadillo de la Alameda los domingos por la mañana.
Hasta que conocí ese mercadillo, no conocí el pirateo. Si querías música tenías tres opciones: O comprar el disco (de vinilo) o la cinta para el casette, o grababas las canciones que te gustaban de la radio (para lo que tenías que tener tiempo y habilidad) o engañabas al Corte Inglés (que por aquella época era el único que hacía devoluciones). Para ésta última, seguíamos una estrategia: Uno compraba un disco, lo grabábamos todos los amigos y luego otro de nosotros iba al Corte Inglés y decía que se lo habían regalado y que ya lo tenía que lo cambiaba por otro distinto, volvíamos a grabarlo y así hasta que pasaban los 15 días. El método funcionó hasta que empezaron a ponernos problemas para cambiarlo por otro modelo, no se podía cambiar si había sido abierto.
Entonces, descubrimos La Alameda. Allí, en aquel tradicional mercadillo de piezas inservibles, herramientas viejas, cosas robadas, etc. había puestos que vendían copias de cintas de casette. En aquella época un disco original costaba unas 1.000 pts, mientras que las cintas piratas (siempre una TDK de 60 que las de 90 averiaban las pletinas y con una fotocopia a calor (pero uno sólo, por ejemplo naranja) de la portada costaba unas 350 o 400 pts. Así me compré muchos, "en ciertos momentos de Eros Ramazzoti", "Actually de Pet Shop Boys" o "money for nothing de Dire Straits".
Eran otros tiempos, tiempos en los que ahorrabas una parte de tu pequeña paga semanal (¡quien la tuviera!, no llegaba a diez duros) para poder comprarte una vez cada varios meses un nuevo l/P). Hoy, en el mercadillo del Charco la Pava ves copias de todos los éxitos en cd´s y de todas las películas de cartelera en DVD por 1 € en el primer caso y por 2 o 3 € en el segundo.
Y, qué decir de los videojuegos. En este campo aún han cambiado más los tiempos. En aquella época no había consolas y a los videojuegos sólo jugaban aquellos que tenían un spectrum, el primer ordenador personal que llegó a nuestro país y que servía para poco, salvo para hacer pequeñas programaciones en Basic y para jugar a videojuegos que ahora nos parecerían ridículos. Para poder jugar, había con conectar una grabadora/reproductora al spectrum y el juego, tras tardar un rato en cargar, estaba disponible. Luego llegaron los Amstrad que traían el monitor de fósforo verde y el lector de cintas, pasando después a un lector de cartuchos tipo diskette antes de que aparecieran los primeros pc´s.
Los juegos piratas se compraban en el mercadillo, era la única forma, no como ahora que todo el mundo tiene internet en casa y tiene acceso fácil a ellos por cualquier programa de p2p. Pero ahora, no sólo siguen vendiéndose todo tipo de videojuegos para todas las consolas, sino que además te piratean allí mismo, sobre la marcha, cualquier consola por unos 20 €, para que puedas utilizar los discos piratas.
Por lo demás, lo único que ha cambiado es el lugar, el resto, las herramientas, las cosas inservibles y las cosas robadas, siguen vendiéndose igual.
Ahora bien, otra cosa sí que ha cambiado. La inseguridad, la delincuencia se siente en el ambiente, se palpa. El ambiente es más peligroso. Con catorce años yo paseaba por la Alemeda sin miedo, me bastaba tener la cartera controlada por los carteristas, hoy la cosa ha cambiado y si tuviera un hijo de esa edad no me haría gracia que fuese sólo a ese lugar.

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