La ley del tabaco es la mayor pantomima que he visto en mi vida, al menos en lo que se refiere a los bares y restaurantes. Según la ley, los menores a 100m2 pueden elegir si son de fumadores o no fumadores y los mayores a estos metros deben ser parano fumadores, reservando un espacio cerrado para los fumadores.
Pues bien, la mayoría de los establecimientos de menos de 100 m2 han elegido a los fumadores, con lo cual, la impunidad de estos y la indefensión de los no fumadores son mayores que antes. Pero lo peor es que en lugares que pone explícitamente que no se puede fumar, la gente sigue sacando impunemente sus cigarrillos y contaminando el ambiente sin que los no fumadores podamos hacer nada.
Una vez más, nuestro gobierno ha perdido una oportunidad de oro para acabar con este mal endémico de nuestra sociedad, el tabaco.
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